miércoles, 19 de agosto de 2015



OTROS MUROS SE LEVANTAN BAJO LA SOMBRA DEL COMUNISMO

*GÓMEZ  N, Pablo R.


            Hoy a 25 años de la caída del muro de Berlín y el fracaso del comunismo en Europa Oriental, se erigen nuevos muros y con ellos luchadores críticos e incansable que desde sus trincheras buscan derribar estos sistemas autocráticos sostenidos por un falso discurso democrático que solo sirve para construir nuevas barreras y esclavizar a través de la ideologización y las armas al hombre que sueñan con un mundo plural.
            Esos regímenes, donde aquellos que piensan y sueñan un mundo ideal se les llaman terroristas y antirrevolucionarios pues en la opresión y  autocracia el pensar diferentes se criminaliza siendo perseguido por el partido inquisidor que señala de traidores a quienes levantan su voz de protesta por el derecho a la justicia;  mientras el estado se transforma en un monstruo burocrático,  ineficiente y explotador que sumerge en la miseria al  pueblo  y lo ataca mediáticamente buscando desde el discurso cautivar a las masas a través de la mentira robando las esperanzas de una sociedad que solo sueña con una vida mejor.   
            Pero como se puede hablar de democracia y libertad, dentro de un sistema opresor  donde el pensar diferente es un delito y el protestar un acto de rebeldía contra el sistema,  ese que pregona un populismo de estado y un colectivismo sustentado en la hipocresía social.  Esa misma hipocresía, que toma de la lucha y los movimientos sociales su voz  para mentir y convierte la  historia en una ramera que se entrega a los intereses detestables de dirigentes revolucionarios que se transforman en los nuevos burgueses dentro de un estado oligárquico.  
             Todo esto, mientras el pueblo se reparte las miserias de un sistema  fracasado que embriaga de manera alienante a quienes ingenuamente creen en un discurso cargado de populismo enfermizo volviendo a la sociedad súbdito del poder gubernamental.
            Ese gobierno que desde el discurso agresivo y la acción violenta trata de instaurar una supuesta revolución proletaria aboliendo la propiedad privada y las políticas de mercado, sin saber que esto no supone la desaparición del fenómeno explotador,  sino la transformación del  estado ésta una nueva estructura de explotación, en un estado capitalista.
            Bajo este nuevo modelo de explotación estadal comunista se garantizan desde el  terror que  los cuerpo represivos  silencien  a  quienes cansados de ver jugar con sus sueños buscan cambios mas allá de ese sistema oligárquico partidista, ese que se sostiene bajo  militares facturados, políticos corruptos y grupos paramilitares que solo tienen una misión mantener  sus privilegios  bajo un sistema opresor.        
            Hoy más que nunca, la lucha es por derrumbar nuevamente esos muros que se levantan bajo las reminiscencia de un  pasado  comunista  que solo sirve para destruir una sociedad y volverla esclava de los intereses de sus gobernantes y toman de las ideas  Marxistas aquello que es útil para mentir.  Es por ello, que se hace necesario luchar bajo la idea de una sociedad  verdaderamente plural, democrática, productiva  y participativa, más allá de la  persecución contra aquellos que sueñan con un mundo mejor.