OTROS MUROS SE LEVANTAN BAJO LA SOMBRA DEL COMUNISMO
*GÓMEZ N, Pablo R.
Hoy a 25 años de la caída del muro
de Berlín y el fracaso del comunismo en Europa Oriental, se erigen nuevos muros
y con ellos luchadores críticos e incansable que desde sus trincheras buscan
derribar estos sistemas autocráticos sostenidos por un falso discurso
democrático que solo sirve para construir nuevas barreras y esclavizar a través
de la ideologización y las armas al hombre que sueñan con un mundo plural.
Esos regímenes, donde aquellos que
piensan y sueñan un mundo ideal se les llaman terroristas y antirrevolucionarios
pues en la opresión y autocracia el
pensar diferentes se criminaliza siendo perseguido por el partido inquisidor que
señala de traidores a quienes levantan su voz de protesta por el derecho a la
justicia; mientras el estado se
transforma en un monstruo burocrático, ineficiente y explotador que sumerge en la
miseria al pueblo y lo ataca mediáticamente buscando desde el
discurso cautivar a las masas a través de la mentira robando las esperanzas de
una sociedad que solo sueña con una vida mejor.
Pero como se puede hablar de
democracia y libertad, dentro de un sistema opresor donde el pensar diferente es un delito y el
protestar un acto de rebeldía contra el sistema, ese que pregona un populismo de estado y un
colectivismo sustentado en la hipocresía social. Esa misma hipocresía, que toma de la lucha y
los movimientos sociales su voz para
mentir y convierte la historia en una ramera
que se entrega a los intereses detestables de dirigentes revolucionarios que se
transforman en los nuevos burgueses dentro de un estado oligárquico.
Todo esto, mientras el pueblo se reparte las miserias
de un sistema fracasado que embriaga de
manera alienante a quienes ingenuamente creen en un discurso cargado de populismo
enfermizo volviendo a la sociedad súbdito del poder gubernamental.
Ese gobierno que desde el discurso
agresivo y la acción violenta trata de instaurar una supuesta revolución
proletaria aboliendo la propiedad privada y las políticas de mercado, sin saber
que esto no supone la desaparición del fenómeno explotador, sino la transformación del estado ésta una nueva estructura de
explotación, en un estado capitalista.
Bajo este nuevo modelo de
explotación estadal comunista se garantizan desde el terror que los cuerpo represivos silencien a quienes
cansados de ver jugar con sus sueños buscan cambios mas allá de ese sistema oligárquico
partidista, ese que se sostiene bajo militares
facturados, políticos corruptos y grupos paramilitares que solo tienen una misión
mantener sus privilegios bajo un sistema opresor.
Hoy más que nunca, la lucha es por
derrumbar nuevamente esos muros que se levantan bajo las reminiscencia de un pasado comunista
que solo sirve para destruir una
sociedad y volverla esclava de los intereses de sus gobernantes y toman de las
ideas Marxistas aquello que es útil para
mentir. Es por ello, que se hace necesario
luchar bajo la idea de una sociedad
verdaderamente plural, democrática, productiva y participativa, más allá de la persecución contra aquellos que sueñan con un
mundo mejor.