miércoles, 14 de noviembre de 2012



Resumen del artículo

América latina: identidad y diversidad cultural  el aporte de las universidades al proceso integracionista

La idea principal del artículo es analizar desde una perspectiva socio cultural e histórica  el proceso de formación de la nacionalidad  latinoamericana, considerando para  ello la identidad Latinoamérica como concepto que identifica al individuo americano y permitiendo descubrí las características de nuestra identidad sociocultural, reconociendo el mestizaje  como definitorio de nuestro ser y quehacer como latinoamericanos.
Si bien los proceso de colonización en la historia hispánica latinoamericana dejo honda huella en un proceso del mestizaje en América marcado por el modelo esclavista y luchas constantes entre los mantuanos españoles y la decadente monarquía española, degenero en el posterior surgimiento  de movimientos independista, estimulados inicialmente por las ideas  liberales sobre la  formación de naciones en el continente europeo  se debe hacer notar que como lo señala Tünnermann (2007),  “mientras en Europa el Estado se acopló a la Nación, en América Latina el Estado se creó antes que la Nación estuviera plenamente forjada”. Para entender esta situación de carácter histórico  se debe tener en cuenta  el concepto de nación como  aquel donde se construye a partir de las identidades sociales, históricas y culturales de sus individuos.
A pesar de que el concepto de nación fue acuñado en Europa en los primeros siglos de la Edad Media, careció de connotaciones políticas y más bien aludía al origen de las personas y los pueblos.  Sin embargó,  la historia permitió entender como llevo con la crisis de la iglesia y sus reformas  al surgimiento del “Estado-Nación” en Europa  como  producto de un largo y lento proceso histórico, en el cual el Estado, entidad jurídica, se ajustó a la Nación, fenómeno de carácter socio-cultural.
Por el contrario en  América latina las Naciones surgieron como consecuencia de los procesos independentistas.  Y donde algunos “estados-naciones”, como Bolivia, fueron creados como resultado de la voluntad de un líder por encima de las identidades de sus pueblos o del fraccionamiento provocado por los localismos donde cada aldea era una república para Centroamérica.
Entender el concepto de “América latina”,  pasa por lograr  interpretar los procesos históricos que llevaron a  la conformación  de las naciones y estados en América  donde  estos últimos los llamados  “estados” se crearon antes que las  naciones estuviera plenamente forjada en su identidad sociocultural desde diversidad.  Esto lleva a una realidad compleja, donde el concepto de llamada “nacionalidad latinoamericana”, se dan casi por igual en las  diversidades y similitudes históricas.
Sin embargo, a pesar de que el concepto de América latina tiene un origen europeo, fue acuñado por los teóricos del Segundo Imperio de Napoleón III para justificar las intenciones de Francia es a los  latinoamericanos a quienes corresponde “inventar” su contenido y darle nuestra propia significación a partir de su identidad y  diversidad cultural que los arropa producto de los procesos de mestizaje.
Para nuestra América latina,  el desafío pasa por utilizar el concepto de “Latinoamericanos” como expresión de  nacionalismo que venga a fortalecer la unidad de nuestros pueblos y los procesos de integración.   Siendo vista,   como un reto que nuestros pueblos deben asumir, partiendo de una concepción que supere la visión puramente economicista de las naciones que la integra nuestra América latina  y se afirmen en la dimensión humana y solidaria.
Los procesos de integración en América latina,   como un  viejo sueño de nuestros próceres de la Independencia, la reconstrucción de la gran “Patria de Naciones”, a que se refería Bolívar, se encuentra plaga de desafíos donde la sobrevivencia para nuestros países, se sostiene en la necesidad que se impone cada día en la consolidación de grandes espacios o bloques económicos. 
De manera que la integración permita el fortalecimiento de las  economías regionales y de nuestros países frente las propuestas e iniciativas norteamericanas las cuales buscan la desunión de las naciones ante un interés  económico de dominación. Como lo señala Tünemann (2007) al mencionar que “Desunidos, desintegrados, seremos presa fácil de los designios económicos de los Estados Unidos, a quien le resultará más sencillo lograr sus objetivos de dominación de nuestras economías negociando tratados de libre comercio bilaterales, que dentro del contexto de una negociación regional, donde el intercambio podría ser más equilibrado, menos desigual”
En este sentido, la integración debe ser estrategia clave para el desarrollo de un Proyecto Latinoamericano, donde se asumen un concepto amplio de integración, donde este sobrepase la unificación de los mercados y lleva a una integración cultural  sustentada en las similitudes históricas de los pueblos de la América latina.  Así como entender la concepción humanística de la integración, como una filosofía proyectada a todos los ámbitos del quehacer de nuestros pueblos desde su identidad común y a pesar de la diversidad étnica.
Es responsabilidad de las universidades en  la región latinoamericana,  estudiar como un desafío histórico y estratégico las vías que lleven a un proceso  de integración más allá de lo económico, con el fin de promover, forjar y difundir un pensamiento latinoamericano integracionista.  Esto llevaría,  a redefinir el papel de las Universidades en los procesos de integración considerando para ello la nueva realidad mundial y las características de la globalización que se nos ha impuesto, que es la globalización neoliberal.  Esto implicaría, de lograr entender la nueva geopolítica regional y mundial orientarse hacia una  forma contemporánea de independencia latinoamericana, así como de  un proceso de transformación social.
Finalmente,  se debe examinar las tareas que las universidades deben asumir para contribuir a hacer realidad ese desafío, tales como auspiciar estudios e investigaciones interdisciplinarias sobre las posibilidades de diseñar un proyecto latinoamericano de Desarrollo Humano, Endógeno y Sostenible, además de contribuir a crear una conciencia integracionista y establecer institutos de estudios latinoamericanos, entre otros aspectos.