Resumen del artículo
América latina: identidad y diversidad cultural el aporte de las universidades al proceso
integracionista
La idea principal del artículo es analizar desde una perspectiva socio
cultural e histórica el proceso de
formación de la nacionalidad latinoamericana,
considerando para ello la identidad
Latinoamérica como concepto que identifica al individuo americano y permitiendo
descubrí las características de nuestra identidad sociocultural, reconociendo
el mestizaje como definitorio de nuestro
ser y quehacer como latinoamericanos.
Si bien los proceso de colonización en la historia hispánica
latinoamericana dejo honda huella en un proceso del mestizaje en América
marcado por el modelo esclavista y luchas constantes entre los mantuanos
españoles y la decadente monarquía española, degenero en el posterior
surgimiento de movimientos independista,
estimulados inicialmente por las ideas
liberales sobre la formación de
naciones en el continente europeo se
debe hacer notar que como lo señala Tünnermann (2007), “mientras en Europa el Estado se acopló a la
Nación, en América Latina el Estado se creó antes que la Nación estuviera
plenamente forjada”. Para entender esta situación de carácter histórico se debe tener en cuenta el concepto de nación como aquel donde se construye a partir de las
identidades sociales, históricas y culturales de sus individuos.
A pesar de que el concepto de nación fue acuñado en Europa en los primeros siglos de la Edad Media,
careció de connotaciones políticas y más bien aludía al origen de las personas
y los pueblos. Sin embargó, la historia permitió entender como llevo con
la crisis de la iglesia y sus reformas al
surgimiento del “Estado-Nación” en Europa como producto de un largo y lento proceso
histórico, en el cual el Estado, entidad jurídica, se ajustó a la Nación,
fenómeno de carácter socio-cultural.
Por el contrario en América latina las Naciones surgieron como
consecuencia de los procesos independentistas. Y donde algunos “estados-naciones”,
como Bolivia, fueron creados como resultado de la voluntad de un líder por
encima de las identidades de sus pueblos o del fraccionamiento provocado por
los localismos donde cada aldea era una república para Centroamérica.
Entender el concepto de “América latina”, pasa por lograr interpretar los procesos históricos que
llevaron a la conformación de las naciones y estados en América donde estos
últimos los llamados “estados” se crearon
antes que las naciones estuviera
plenamente forjada en su identidad sociocultural desde diversidad. Esto lleva a una realidad compleja, donde el
concepto de llamada “nacionalidad latinoamericana”, se dan casi por igual en
las diversidades y similitudes
históricas.
Sin embargo, a pesar de que el concepto de
América latina tiene un origen europeo, fue acuñado por los teóricos del
Segundo Imperio de Napoleón III para justificar las intenciones de Francia es a
los latinoamericanos a quienes
corresponde “inventar” su contenido y darle nuestra propia significación a
partir de su identidad y diversidad
cultural que los arropa producto de los procesos de mestizaje.
Para nuestra América latina, el desafío pasa por utilizar el concepto de
“Latinoamericanos” como expresión de
nacionalismo que venga a fortalecer la unidad de nuestros pueblos y los
procesos de integración. Siendo vista, como un
reto que nuestros pueblos deben asumir, partiendo de una concepción que supere
la visión puramente economicista de las naciones que la integra nuestra América
latina y se afirmen en la dimensión
humana y solidaria.
Los procesos de integración en América latina, como un viejo
sueño de nuestros próceres de la Independencia, la reconstrucción de la gran
“Patria de Naciones”, a que se refería Bolívar, se encuentra plaga de desafíos
donde la sobrevivencia para nuestros países, se sostiene en la necesidad que se
impone cada día en la consolidación de grandes espacios o bloques económicos.
De manera que la integración permita el fortalecimiento
de las economías regionales y de
nuestros países frente las propuestas e iniciativas norteamericanas las cuales
buscan la desunión de las naciones ante un interés económico de dominación. Como lo señala
Tünemann (2007) al mencionar que “Desunidos, desintegrados, seremos presa fácil
de los designios económicos de los Estados Unidos, a quien le resultará más
sencillo lograr sus objetivos de dominación de nuestras economías negociando
tratados de libre comercio bilaterales, que dentro del contexto de una
negociación regional, donde el intercambio podría ser más equilibrado, menos
desigual”
En este sentido, la integración debe ser estrategia
clave para el desarrollo de un Proyecto Latinoamericano, donde se asumen un
concepto amplio de integración, donde este sobrepase la unificación de los
mercados y lleva a una integración cultural sustentada en las similitudes históricas de
los pueblos de la América latina. Así
como entender la concepción humanística de la integración, como una filosofía
proyectada a todos los ámbitos del quehacer de nuestros pueblos desde su
identidad común y a pesar de la diversidad étnica.
Es responsabilidad de las universidades en la región latinoamericana, estudiar como un desafío histórico y
estratégico las vías que lleven a un proceso
de integración más allá de lo económico, con el fin de promover, forjar
y difundir un pensamiento latinoamericano integracionista. Esto llevaría,
a redefinir el papel de las Universidades en los procesos de integración
considerando para ello la nueva realidad mundial y las características de la
globalización que se nos ha impuesto, que es la globalización neoliberal. Esto implicaría, de lograr entender
la nueva geopolítica regional y mundial orientarse hacia una forma contemporánea de independencia
latinoamericana, así como de un proceso
de transformación social.
Finalmente, se debe
examinar las tareas que las universidades deben asumir para contribuir a hacer
realidad ese desafío, tales como auspiciar estudios e investigaciones
interdisciplinarias sobre las posibilidades de diseñar un proyecto
latinoamericano de Desarrollo Humano, Endógeno y Sostenible, además de
contribuir a crear una conciencia integracionista y establecer institutos de
estudios latinoamericanos, entre otros aspectos.